Si estás pagando tu casa y en algún momento te ha surgido la duda entre amortizar hipoteca o ahorrar, es importante que antes de tomar la decisión estudies con tranquilidad qué es lo que más te conviene. En este artículo analizamos los pros y los contras de cada opción para que encuentres la respuesta que estás buscando.
Al llevar varios años de hipoteca y haber superado la crisis del coronavirus, es normal preguntarse si podemos pagar la deuda pendiente, adelantar parte de ella o invertir para obtener mayor rentabilidad. Es evidente que queremos lo mejor para nuestro bolsillo e ir más desahogados cada mes.
Por una parte, en el último año el Euribor continúa en zona de mínimos históricos, lo que supone un mayor ahorro en las cuotas de los hipotecados a tipo variable. Por otra parte, los bancos llevan un tiempo abaratando las hipotecas a interés fijo.
En este sentido, en los últimos años el debate se sitúa entre amortizar, es decir, adelantar el dinero para cancelar la hipoteca antes de tiempo, o destinar ese dinero que tenemos ahorrado a una inversión que sea compatible con nuestra situación financiera.
Existen varias opciones por las que, teniendo una hipoteca y una situación económica aceptable, puede resultar interesante bien amortizar una hipoteca o bien ahorrar. Aunque considerar una u otra opción puede parecer algo complejo, puedes ver que es mucho más fácil de lo que parece.
Estos son algunos de los escenarios más comunes que encontramos a la hora de valorar estas dos alternativas:
En cualquiera de las situaciones, debes tener una determinada cantidad de ahorros. Saber qué hacer con ellos sin perjudicar los intereses del préstamo ni asumir cuantiosos riesgos es fundamental.
Todas las hipotecas incluyen una cláusula de amortización que muchas veces desconocemos. Esta amortización permite disminuir la cuantía de la letra mensual o acortar la vida del crédito (que normalmente se hace a 15, 20, 25, 30 años…). Lo que resulta más favorable es la segunda operación, que supone un ahorro de los intereses.
Pero si bien es cierto que las hipotecas firmadas antes del año 2013 tenían una clara ventaja fiscal para amortizarla, ahora, con la nueva Ley Hipotecaria, no está tan claro. Cabe recordar que a partir de este año se eliminó la deducción por vivienda habitual.
Así que hay diversos factores que debemos considerar. Uno de ellos es respecto a los tipos de interés y si las inversiones o ahorros existen aportan menos rentabilidad que el coste de financiación hipotecario.
Las hipotecas fijas son aquellas que nos permiten pagar la misma cuota todos los meses pese a que varíe el Euribor y los tipos de interés. Aunque ello aporta mayor tranquilidad al hipotecado, estas hipotecas tienen intereses por debajo del 1,5% o del 1% (si se mantienen ciertas condiciones o se firman otros productos), pero también pueden subir hasta el 2,65%; mientras que las de tipo variable se sitúan por debajo de esas cifras debido a la cotización negativa del Euribor.
Con todo ello, las comisiones de amortización son más elevadas en las hipotecas fijas y penalizan a quienes quieran adelantar los pagos de la deuda. Además, si el reembolso anticipado se traduce en una pérdida para el banco existe comisión de riesgo por tipo de interés. Esta comisión de amortización se limita al 2% durante los 10 primeros años y, durante el resto del plazo, al 1,5%. Por tanto, adelantar el pago de la hipoteca es más caro en esos primeros años.
A continuación te aclaramos en qué casos resulta rentable amortizar una hipoteca y de qué manera.
A la hora de amortizar una hipoteca existen dos modalidades:
La amortización total de la hipoteca se da cuando pagas todo el capital pendiente de la hipoteca cancelando la deuda con el banco y quedando libre de cargas.
En este tipo de amortización debes de tener en cuenta los gastos aproximados que conlleva:
La amortización parcial de la hipoteca es un tipo de amortización en la cual pagas una parte de la misma, reduciendo el capital pendiente y en la que debes decidir si prefieres reducir plazo o bien cuota mensual.
En esta modalidad debes tener en cuenta la comisión que el banco te cobre, para ello debes leer tu escritura.
En España manejamos el sistema de amortización francés, en el cual los primeros años de hipoteca es cuando más intereses vas a pagar y menos capital reduces. Teniendo esto en cuenta se aconseja amortizar los primeros años y no al final.
Amortizando la hipoteca reducimos la deuda con el banco. De esta manera pagamos menos intereses.
Dado que actualmente el Euribor se sitúa en niveles muy bajos, muchos con hipotecas variables sienten interés en invertir en productos de ahorro que le pueda proporcionar rentabilidad y, más adelante, poder adelantar el pago de la hipoteca.
Por ejemplo, una posibilidad es invertir en productos con un buen interés, en un depósito con un 0,52% o 0,91% TAE, con un mínimo de 10.000€. En estos casos, el retorno neto del depósito tendrá que ser mayor que el interés de la hipoteca en el momento de su contratación. Aun así, hay que andarse con cuidado en este tipo de operaciones.
Antes de contratar e invertir tus ahorros debes contar con un asesor financiero que te pueda aconsejar qué es más beneficioso según tu perfil.
Para entender mejor estas ventajas, queremos contarte el caso real de un cliente que nos planteaba la duda de amortizar hipoteca o ahorrar:
¿Amortizar hipoteca o ahorrar? La respuesta dependerá siempre de tu perfil.
Si eres conservador y prefieres descartar cualquier tipo de sobresaltos lo mejor será que amortices tu hipoteca.
Ahora bien, si tu perfil es medio o agresivo te resultará fácil obtener más rentabilidad que los intereses que pagas en tu hipoteca. Ten en cuenta que el Euribor está bajo mínimos históricos (sobre el -0,40%), por lo que sumado a tu diferencial estos intereses estarán rondando el 1% o el 2%.
Otra alternativa interesante a estudiar y analizar podría ser una gestión mixta. Es decir, una parte del capital lo destinaríamos a amortizar parcialmente parte de la hipoteca, y la otra parte a ahorrar y sacarle rentabilidad.
A la hora de decantarse entre amortizar hipoteca o ahorrar, lo importante es tener un equilibrio entre las deudas contraídas y la liquidez para asumir todos tus gastos corrientes.
Recuerda que la decisión que vayas a tomar debe estar basada en tu perfil y siempre bajo asesoramiento de un profesional.