Seguro que tú, como yo, con la llegada de cada Año Nuevo y esa necesidad de crear nuevos propósitos y metas que cumplir, has puesto sobre la mesa la de comenzar a ahorrar. Ahorrar es un objetivo muy genérico así que, si queremos de verdad que ese propósito se convierta en una meta cumplida, debemos establecer un plan. Por suerte, existen numerosas opciones para tener un plan de ahorro. Sólo tenemos que elegir la mejor para nosotros.
Pero antes de llegar al momento de la elección comencemos por el principio: ¿qué es un plan de ahorro? De forma muy resumida podemos decir que un plan de ahorro es un producto asegurador que nos permite la planificación de nuestro ahorro de una forma estructurada.
Siguiendo con nuestras preguntas, ¿por qué deberías realizar tu ahorro a través de un plan de ahorro y no a través de otro sistema de ahorro o inversión? Son varios los motivos y los resumo a continuación:
Una vez has decidido que la fórmula elegida para cumplir tus metas de ahorro es a través de un plan de ahorro, deberás estructurarlo correctamente haciéndote 3 preguntas:
Las respuestas que daremos, cada uno de nosotros a estas preguntas, son tan variadas como nuestras necesidades o nuestros deseos:
Una vez definidas las variables anteriores tienes que tener claro que, por ejemplo, para tener cumplido tu objetivo de tener ahorrado lo que estimas costarán los estudios universitarios de tu hija (pongamos que son 24.000€ en 10 años), deberás contratar un plan de ahorro de 200€ al mes con una duración de 10 años.
Ya has tomado la decisión: vas a contratar un plan de ahorro. Y ahora, la siguiente pregunta que debes hacerte es qué plan de ahorro contratar. La realidad es que la respuesta es sencilla: ni más ni menos que el que mejor se adapta a tus necesidades.
En el mercado existen distintos planes de ahorro pero en los últimos años, entre estos productos, destaca el Plan individual de ahorro sistemático, el comúnmente llamado PIAS.
El plan de ahorro sistemático responde a las premisas que marcábamos anteriormente para los planes de ahorro. Es decir aúna flexibilidad, liquidez, diversificación, garantía y ventajosa fiscalidad. Esta última premisa relativa a su comportamiento fiscal marca las diferencias de los planes de ahorro sistemáticos con respecto a otros planes de ahorro: si el valor acumulado de tu PIAS lo cobras en forma de renta vitalicia, los rendimientos obtenidos hasta ese momento estarán exentos de tributación.
Son 3 los requisitos que debe cumplir tu plan de ahorro sistemático para disfrutar de este beneficio fiscal: la exención del pago de impuestos:
Por el contrario, si el valor acumulado de tu PIAS lo cobras en forma de capital, tributarás como lo hacen el resto de los productos de ahorro. Es decir, por rendimiento de capital mobiliario.
Después de todo lo visto anteriormente y volviendo a la pregunta inicial de por qué deberíamos tener un plan de ahorro, mi respuesta es porque es la mejor manera de obligarnos a crear el hábito del ahorro de forma estructurada y ventajosa para nosotros.